6 oct 2011

María Pagés Estrena Utopía en el Centro Niemeyer

Utopía es una declaración de principios con forma de baile flamenco que nació de la admiración de la artista María Pagés por el arquitecto brasileño Oscar Niemeyer. Un humanista que a sus 103 años deja como legado la inconfundible sinuosidad de sus edificios y, sobre todo, la integridad, el compromiso y la solidaridad que han guiado su vida, convertida en inspiración y mensaje. Un mensaje que Oscar transmitió a María en sus encuentros en su estudio de Copacabana.

Utopía, que se estrenará el 8 de octubre de 2011 en el Centro Niemeyer de Avilés, es una reflexión emocional sobre el anhelo, la imaginación y el instinto de los seres humanos para soñarse a sí mismos en un futuro mejor. Un proyecto global en el que ocho bailaores interpretan junto a Pagés la experiencia ética y estética del deseo, del inconformismo y de la utopía.

El espacio escénico se nutre -como los dibujos abocetados de Oscar- de las curvas que siluetean la naturaleza. En palabras del arquitecto: “No es la línea recta la que me atrae, dura, inflexible, creada por el hombre. La que me atrae es la curva libre y sensual. La curva que encuentro en las montañas de mi país, en la sinuosidad de sus ríos, en las olas del mar, en las nubes del cielo, en el cuerpo de mi mujer favorita. De curvas está hecho el universo, el universo curvo de Einstein”.

La música, original y en directo, está compuesta e interpretada por el guitarrista Rubén Lebaniegos y el cantautor brasileño Fred Martins y cuenta con los cantaores e Ana RamónIsmael de la Rosa, la guitarra de José Carrillo Fyty, el violonchelo de Sergio Menem y la percusión de Chema Uriarte.

Utopía es, en su esencia, el título de una danza poetizada que se estructura en ocho partes (o versos) que convocan poemas de Baudelaire, Benedetti, Neruda, Machado, Larbi el Harti y el propio Niemeyer, incorporando además palabras del Quijote de Cervantes.

Poemas que ahondan sobre la solidaridad, el compromiso, el exilio, la fugacidad de la vida, la pequeñez de los hombres en un cosmos indiferente a sus miserias y grandezas, y -ahora más que nunca- sobre la necesidad de la imaginación y el idealismo como motores necesarios para el cambio.

María lo baila y Oscar lo dice:
Cuando la vida se degrada y la esperanza huye del corazón de los hombres, la revolución es el camino a seguir.


"Oscar Niemeyer me recordó que en la humanidad no hay jerarquías, que todos estamos en una misma y única dimensión. Oscar me recordó que en esta igualdad reverdece la esperanza de poder cambiar el mundo. Porque todos reímos y lloramos. Y todos nacemos y morimos..."
María Pagés

"La vida es un soplo. Todo acaba. Me dicen que después de que yo muera, otras personas verán mi obra. Pero esas personas también morirán. Y vendrán otras, que también se irán. La inmortalidad es una fantasía, una manera de olvidar la realidad. Lo que importa, mientras estamos aquí, es la vida, la gente. Abrazar a los amigos, vivir feliz. Cambiar el mundo. Y nada más."
Oscar Niemeyer



www.mariapages.com
www.niemeyercenter.org
Foto: David Ruano


www.por-alegria.com
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