Dos centenares de especialistas, bailarines, y maestros de Escuela Bolera debaten este sábado, en el Teatro Real de Madrid, sobre cómo recuperar y difundir este baile tricentenario. La Fundación Loewe quiere revitalizar este baile español.
La vieja pelea en los cafés del siglo XIX entre boleros y flamencos tiene un claro vencedor. El zapato, por el calzado que usan estos últimos, ha triunfado sobre la zapatilla, utilizada por los primeros. Tan rotunda ha sido y es la victoria que la Escuela Bolera, la auténtica danza clásica española, agoniza en la actualidad. Para debatir sobre su frágil estado y cómo revitalizarla, la Fundación Loewe ha organizado un encuentro sobre una danza que en tiempos remotos cautivó a Europa por su belleza y exquisitez. Su origen se sitúa a finales del siglo XVIII. La corte de los Borbones trajo consigo a maestros franceses de ballet clásico, cuyas enseñanzas se fundieron con las danzas populares patrias. El resultado fue un estilo que sumaba la media punta, las castañuelas, el braceo y pasos clásicos que llevaron por Europa artistas como Rosita Mauri, primera bailarina y luego maestra de la ópera de París, la pareja Dolores Serral-Mariano Camprubí y “la nena” Manuela Perea. Por parte extranjera, destacaron Fanny Elssler y Marie Guy Stephan, que se trasladó a vivir a Madrid para aprender bolera, donde formó pareja con Marius Petipa, un virtuoso con las castañuelas. Antonio Ruiz Soler, Pilar López, Mariemma, la histórica familia Pericet son algunos de los grandes maestros que durante el siglo XX mantuvieron la tradición.
Permíteme bailarte
En la actualidad, una de las coreógrafas más beligerante de este baile es Aida Gómez, que desde hace 18 meses gira Permíteme bailarte, un espectáculo que muestra las particularidades del género y cuyo éxito en España y en el extranjero da también una idea de su capacidad para cautivar al público: “Alucinan con lo que ven, no se lo creen”, dice la antigua directora del Ballet Nacional de España (BNE).
Sorprende fuera, pero también en su país de origen. “El público español se queda impresionado cuando lo ve, porque no conoce la Escuela Bolera”, continúa el actual director del BNE, José Antonio, quien la temporada pasada estrenó un espectáculo dedicado al género. Las causas de su ignorancia son muchas, pero por encima de todas está “el protagonismo del flamenco y el que los teatros no se atreven a programarla porque dicen que no gustará al público, que no está preparado para un baile que muchos consideran anticuado”. Asunto éste del que también José Antonio discrepa, ya que opina que no todo lo que se escenifique de Escuela Bolera tiene que ser del repertorio, sino que pueden crearse nuevas coreografías, como ha hecho él en la formación nacional. “Cuando bailas una obra de otro artista tienes que respetar el estilo y la estética de su creador; si haces una creación nueva sí te puedes permitir el lujo de hacer algo actual”, continúa.
Otro de los asuntos capitales se refiere a la formación de bailarines en esta Escuela. De ello sabe mucho Mayte Bajo. bailarina con el BNE, coreógrafa y ahora directora de la Escuela Profesional de Danza de Valladolid. “Al principio los chicos ven la enseñanza de la bolera como una imposición”, asegura la alumna de Mariemma, gran intérprete del género. Se centran en el flamenco e ignoran este tipo de baile: “Pero poco a poco, cuando lo van conociendo y comprueban que la técnica, la misma del ballet clásico, les permite profundizar y bailar cosas nuevas, disfrutan con su aprendizaje”.
Porque uno de los grandes problemas de la Escuela Bolera es la falta de intérpretes. “Encontrar bailarines para mi espectáculo me costó mucho”, explica Gómez. A la base de ballet necesaria hay que añadir otros conocimientos como el braceo típico de la bolera, la batería de pies y el toque de las castañuelas que lo convierten en “un baile muy complicado de ejecutar y que requiere ejercicio y entrenamiento diario”. Precisamente para formar y perfeccionar a jóvenes bailarines en las diferentes modalidades de baile español, entre ellos la Escuela Bolera, José Antonio creó en 2006 el Taller Estudio del BNE.
Las diferentes maneras de transmitir esta escuela es otro asunto que ha dividido a los artistas. Los hay que han defendido la enseñanza de maestro a alumno y los que abogan por el aprendizaje en las escuelas. “Tenemos que quitarnos las medallitas de cada uno, ponernos de acuerdo, y salvar nuestro patrimonio histórico y cultural, porque si no lo hacemos nosotros, la bolera desaparecerá”, alerta Aida Gómez.
Fuente: elcultural.es
Rafael Esteban
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