Nacho Duato
"Siempre digo algo que molesta al Ministerio"
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Con su anunciado cese en 2010 al frente de la Compañía Nacional de Danza (CND) es inevitable que la polémica acompañe cada estreno de Nacho Duato. Con motivo de su nueva obra, Cobalto, que hoy presenta en la Zarzuela de Madrid, el coreógrafo habla de las medidas del Ministerio de Cultura como fruto de la ignorancia de sus dirigentes.
Pregunta: ¿Qué número hace Cobalto en su obra coreográfica?
Respuesta: Es la 49 de las coreografías que yo he creado en la CND, y es la número 106 de todo el repertorio que se ha hecho desde que yo la dirijo. Luego dicen que yo sólo programo obras mías, pero la mitad es de coreógrafos invitados.
P: ¿De qué trata?
R: De erotismo, pero con muchas barreras, si no, rozaríamos la pornografía. O sea, tratamos del contacto físico. El ballet es bastante erótico de por sí, y lo que hago es embellecerlo.
P: También ha vuelto a sus compositores de siempre.
R: Sí, Sergi Caballero y Pedro Alcalde. Han utilizado un órgano que es el único instrumento que se oye en todo el ballet, que dura 35 minutos. La composición se ha grabado con el órgano de la iglesia de Collbatò, donde se encuentra uno de los más grandes de Europa.
P: Entrevistarle ahora tiene más morbo que antes, su inesperado cese en la CND...
R: He despertado siempre bastante morbo y no sé por qué, siempre digo algo que molesta al Ministerio, a la gente de mi profesión o a algún político. No sé cómo me las apaño.
P: Desde luego, se ha puesto de jarras...
R: Yo no me he puesto de jarras para nada, cuando me ponga ya se enterarán. No he dicho nada, han sido mis bailarines los que contestaron al Ministerio con una carta rechazando el cese. Desde que me dijeron que me iba he estado preparando mi marcha.
P: ¿Me va a decir que se ha quedado callado?
R: A mí me llama un dia un señor del Ministerio y me voy a su despacho, donde había nueve personas más, y dicen que en 2009 me tengo que ir, lo que provoca que mis bailarines hagan pública la carta. El director general les dice entonces que yo me iré cuando quiera. Y a la semana siguiente me vuelven a comunicar que me tengo que ir en el 2011. Me dije “esto es un cachondeo”. Me voy en 2010 porque yo tengo que organizar mi vida, ¿no?
P: Ha dicho que su relación con César Antonio Molina sólo ha durado cinco minutos.
R: Es como decir que a mí se me ha despedido en cinco minutos después de estar aquí 20 años. Creo que me merecía otro trato. Creo que me han tratado mal.
P: ¿Cómo se trabaja con fecha de caducidad?
R: No me voy antes porque tengo contratado el 2010. Cuando el Ministerio me pidió que me fuera en 2009, les dije que entonces tenía que cancelar todas las actuaciones de 2010 en Rusia, Alemania, USA, Suramérica, el Liceo, el Real... Vieron entonces que no se puede despedir a un señor así como así. Sigo aquí hasta agosto de 2010, y en septiembre empiezo con mi nueva compañía.
P: ¿Se refiere a la que va a crear en Valencia, con la Generalitat?
R: Lo sabe todo el mundo, pero no lo puedo decir, debo ser respetuoso con la persona que me va a contratar. He tenido ofrecimientos de todas partes, pero no quiero irme de España, quiero que mi trabajo quede aquí. Eso no parece importarle al Ministerio.
P: ¿Y se lleva a todos los bailarines?
R: A todos no, porque hay algunos que no quieren venirse, tienen familia aquí, otros quieren parar. Es decir, que cada bailarín que está en la CND, lo está por mi, no porque les gusta estar al lado del Manzanares. Quieren trabajar conmigo.
P: Creo que el INAEM le ofreció un cargo honorífico que rechazó.
R: Y qué hago con un cargo honorífico a cambio de dejar mi repertorio, sin ningún contrato y sin ninguna remuneración de ningún tipo, nada más que cuando fuera a ensayar un día un ballet. ¿Eso dónde se ha visto? Y, además, dejar el repertorio en una compañía que todavía no se sabe ni quién la va a dirigir, ni quién va a bailar en ella. Eso es no tener ni idea de un coreógrafo ni de una compañía.
P: Si la propiedad intelectual de las coreografías le pertenece ¿qué discute entonces el Ministerio?
R: Aquí no hemos discutido de nada y cuando no se sabe cómo funciona una compañía es muy difícil hablar con nadie. Quieren que yo deje aquí mi repertorio, en una compañía que, como digo, todavía no se sabe quién va a ser su director y cómo se va a trabajar. Además, ¿cómo se come que yo sea director honorífico de una compañía y director artístico de otra? Que me hagan director honorífico cuando cumpla 80 años y ya no sepa qué hacer. Pero ahora, cuando más prestigio y respeto tengo, me ofrecen esta tontería que no sé ni cómo se les ha ocurrido. Ahí se ve la ignorancia y el no tener ni idea de lo que están tratando.
P: El Ministerio habló de un relevo solapado, en el que el director entrante coincidiera con usted.
R: No querían eso exactamente, sino que me fuera en el 2009 y programase el 2010. Y ya me contará cómo se hace eso. ¿Cómo programas con un teatro diciendo que contraten a una compañía que no se sabe quién va a dirigirla ni quién va a bailar. Imposible.
P: ¿Cómo queda entonces la CND tras su marcha?
R: Las producciones pertenecen a la CND, es decir, los vestuarios y decorados, pero no puede hacer ninguna de mis coreografías cuando me vaya. Si quiere, me tienen que comprar los derechos de autor. Así es la propiedad intelectual, de algo tenemos que vivir.
P: ¿Esperaba que fuera este gobierno del PSOE quien le cesara?
R: Eso es de las cosas que más me duelen. Porque una cosa que también es muy democrática hubiera sido preguntar a mis bailarines qué les parece el cambio.
P: Pero ¿no cree que los cargos públicos hay que renovarlos?
R: Que más quisiera yo que irme en otras circunstancias. Yo también estoy cansado y me hubiera gustado dejar el repertorio, buscar un director afín a la línea de trabajo que he iniciado e irme poco a poco. Pero no han querido hacer eso, sino cortar a rajatable.
P: Explíquese.
R: Para darle un ejemplo, Jiry Kilian se quedó de consejero artístico diez años en la Neterlands Dans Theater para que su repertorio siguiese bailándose ahí, con un contrato, en el que se especificaban sus obligaciones y derechos y un sueldo. Con Roland Petit no quisieron que fuera consejero artístico del Ballet Nacional de Marsella y se llevó todo su repertorio, como es lógico.
P: ¿Qué le hubiera gustado hacer en estos 20 años y no ha podido?
R: Creo que he sido sido muy serio con la CND, llevar la formación de la nada al reconocimiento internacional no se hace por tu cara bonita. Y me lo he tomado muy en serio. Me hubiese gustado haber conseguido un teatro para ella, sé que aquí ya no lo tendré, pero lo conseguiré muy pronto. Y yo que sé... me hubiera gustado también que me hubieran dado un estudio para la CND2. Pero por lo demás estoy muy contento, llevándome más mal que bien con el Ministerio, con los gobiernos distintos, llevando el nombre de España allá por donde vamos y este final es raro, pero...qué le voy a hacer.
Liz PERALES
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